UNA ISLA DENTRO DE OTRA


Abraham Lacalle, (Almería, 1962). En esta muestra los árboles, las piedras, y no olvidemos el agua se convierten en los verdaderos protagonistas, donde el color se escapa hacia el espacio para remarcar estos parajes naturales. Todos los elementos que integran los cuadros ya sean apropiaciones o no, resuenan como partes indispensables de su relación con el exterior.



El título Una Isla dentro de otra hace referencia a una sensación que tiene Lacalle cuando está en una isla. Es la repetición. “Como si fueras un punto moviéndose dentro de una pantalla, rebotando en sus lados aleatoriamente, y esto repetido sucesivamente. Los manoseados mundos dentro de otros”, dice el propio artista.

Para este artista la pintura es, en cierto sentido, una forma perversa de pensamiento, un despliegue de “juegos de lenguaje” que nos lleva hasta un dominio inesperado.  “Perverso –advierte Lacalle- es subvertir lo que esperas de ti mismo”. Hacer lo que no sabes. Apartarse del “saber hacer”, dejar atrás el manierismo, asumir el imperativo ético del “Has de cambiar tu pintura”. En última instancia hay que combatir el aburrimiento, resistirse a la inercia, no convertir la práctica del arte en algo rutinario.

Este pintor no encuentra placer de ningún tipo en el reduccionismo, para nada se asienta en la (mistificadora) estética del silencio que, como apuntara Beuys (contra la duchampitis) está “sobrevalorado”. En buena medida, los cuadros de Lacalle establecen analogías entre lo boscoso y lo metropolitano, gozando de esos espacios laberínticos en los que tal vez pueda trocarse la ansiedad en placer. 

Destaca el enorme cuadro que tituló Inversión; como me indicó, en principio, era una alusión a la cultura como vehículo de salvamento, de placer curativo, pero también una alusión al sentido de los museos, algo que ya había abordado cuando expuso en el “Espacio Uno” del Reina Sofía, con una sombría percepción de “un espacio donde nunca pasa nada”. En esa pintura de más de ocho metros está representado un barco de salvamento partido por la mitad e invertido, nombrando, sin ningún género de dudas, al mercado del arte.

Fragmentos de “Para cortar con todo” (Notas en torno a la pintura de Abraham Lacalle). Por Fernando Castro Flórez.